Durante casi cincuenta años, de principios de los años treinta del siglo pasado hasta 1981, México vivió una etapa de crecimiento económico casi continuo, con pequeños altibajos. Permeaba la sensación de que el país avanzaba, aumentaba el bienestar de las personas, y en realidad, así era.
Los índices de nutrición mejoraban, al igual que la escolaridad de los niños, había más y mejores escuelas, aparecieron universidades públicas y privadas, y centros de investigación, empleo para la mayoría de la población, mejoras en los salarios, crecimiento de las ciudades y de la producción, tanto en el campo como en la industria.
Había crecimiento económico y desarrollo social, con una fuerte ampliación de la clase media y el desarrollo urbano. La migración campo-ciudad fue constante y representó un gran reto construir escuelas, hospitales y servicios urbanos, así como abastecer de agua potable y alcantarillado a ciudades que se reproducían rápidamente.
La cobertura de los servicios de salud y del seguro social aumentaba en comparación con la población, mejoraba la esperanza de vida por la baja en la mortalidad infantil y el bienestar general de la mayoría de la población iba en aumento.
Lamentablemente, los mecanismos que impulsaban el desarrollo no podían ser sostenibles para siempre. Había contradicciones en el esquema de desarrollo social y crecimiento económico que impedían su continuación a largo plazo.
La época de auge elevado y sostenido tuvo un final que se presagiaba desde años antes de que ocurriera. Ya no fue posible seguir con el ritmo de expansión económica y social casi sin enfrentar una caída.
Los factores que impulsaban el crecimiento se detuvieron y, aunque se forzó a que continuaran por una década (en los años setenta) a través de la expansión petrolera, de la deuda externa y del gasto del gobierno, llegó el momento en que ya no pudieron más y estalló la gran crisis de la deuda en 1982.
A continuación se presenta una breve explicación sobre el Modelo de Desarrollo Compartido, Modelo de Desarrollo Acelerado y, finalmente, el agotamiento de los modelos económicos en México:
Comentarios
Publicar un comentario